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18 de mayo de 2010

HAY VECES

Hay veces que nos suceden cosas que nos dejan tambaleantes, como si la tierra estuviera sacudiéndose bajo nuestros pies.

Nuestro sentido de seguridad está siendo retado, y la tendencia natural es tratar de aferrarnos a lo que tenemos.

Pero éste terremoto interior, es tanto necesario como tremendamente importante, si lo permitimos, uno emerge de los escombros más fuerte y más disponible para nuevas experiencias.

Hay que observar estas crisis con desapego, casi como si estuviera sucediéndole a otra persona...

Decir sí al proceso, y encontrarnos con el a medio trayecto.

Después del fuego, la tierra se reabastece.

Después de la tormenta, el aire es claro.

Después de la fría noche, el sol siempre sale, ilumina y calienta...


OSHO

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